Seleccionar página

Un artículo sobre la obediencia a Dios

 

La frase “el hacer tu voluntad me ha agradado” es una expresión de obediencia y amor a Dios que encontramos en el Salmo 40:8:

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,

Y tu ley está en medio de mi corazón.

Por eso, en este artículo, vamos a reflexionar sobre el significado y la importancia de esta actitud en la vida cristiana, y cómo podemos cultivarla en nuestro diario vivir.

También veremos algunos ejemplos tanto de la época bíblica como actuales, de personas que han demostrado su agrado en hacer la voluntad de Dios.

El hacer tu voluntad me ha agradado

El hacer tu voluntad me ha agradado: significado

Hacer la voluntad de Dios implica conocer, aceptar y cumplir el propósito que Él tiene para nuestra vida.

Por eso es necesaria una relación personal con Dios, a través de la fe en Jesucristo, su Hijo, quien vino al mundo para revelarnos la voluntad del Padre y hacerla él mismo (Juan 4:34).

En particular Jesús es nuestro modelo perfecto de obediencia, pues dijo: “No he venido a hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38).

 

Hacer la voluntad de Dios también implica someternos a su autoridad y a sus mandamientos, que son expresiones de su amor y de su sabiduría.

Por ello Dios nos ha dado su Palabra, la Biblia, para instruirnos y guiarnos en su voluntad (2 Timoteo 3:16-17).

Además, nos ha dado su Espíritu Santo, que mora en nosotros y nos capacita para obedecerle (Romanos 8:14).

Así, podemos discernir la voluntad de Dios en las diferentes situaciones que enfrentamos, y tomar decisiones que le honren y le glorifiquen.

El hacer tu voluntad me ha agradado: ¿por qué hacerla?

Hay muchas razones por las que debemos hacer la voluntad de Dios, pero aquí mencionaremos solo algunas:

 

Porque es lo mejor para nosotros.

Dios nos conoce mejor que nadie, y sabe lo que nos conviene y lo que nos hace felices.

Como muestra el apóstol Pablo: Su voluntad es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).

Al hacer su voluntad, experimentamos su bendición, su paz y su gozo en nuestra vida.

 

Porque es una forma de adorarle.

Dios es digno de toda nuestra alabanza, gratitud y reverencia.

Así que al hacer su voluntad, le demostramos nuestro amor, nuestra confianza y nuestra entrega.

Como resultado, le rendimos culto con todo nuestro ser (Romanos 12:1).

 

Porque es un testimonio para el mundo.

Dios quiere que seamos luz y sal en medio de una generación corrupta y perversa (Mateo 5:13-16).

Así que al hacer su voluntad, reflejamos su carácter, su gracia y su verdad, y atraemos a otros a conocerle y a seguirle.

El hacer tu voluntad me ha agradado: ¿cómo hacerla?

Hacer la voluntad de Dios no es algo fácil ni automático.

Por el contrario, requiere de un compromiso constante y de una lucha contra nuestra propia naturaleza pecaminosa, que se opone a la voluntad de Dios (Gálatas 5:16-17).

Sin embargo, hay algunos pasos que podemos seguir para facilitar este proceso:

 

Orar.

La oración es la comunicación con Dios, y es esencial para conocer y hacer su voluntad.

Es decir, debemos orar con humildad, sinceridad y perseverancia, pidiéndole que nos revele su voluntad, que nos dé fuerzas para cumplirla, y que nos perdone cuando fallamos.

Jesús nos enseñó a orar: “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10).

 

Estudiar.

La Biblia es la fuente primaria de la voluntad de Dios, y debemos estudiarla con diligencia, atención y obediencia.

En particular, debemos meditar en sus enseñanzas, memorizar sus promesas, y aplicar sus principios a nuestra vida.

El salmista dijo: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).

 

Escuchar.

El Espíritu Santo es el guía y el consejero de los hijos de Dios, y debemos escuchar su voz y su dirección.

Es decir, debemos estar atentos a sus impresiones, sus convicciones y sus dones, y no apagarlo ni contristarlo con nuestra desobediencia.

Pablo nos exhortó: “No apaguéis al Espíritu” (1 Tesalonicenses 5:19).

 

Obedecer.

La voluntad de Dios no es solo para conocerla, sino para hacerla.

O sea, debemos obedecer a Dios con prontitud, con integridad y con alegría, sin importar las circunstancias o las consecuencias.

Santiago nos advirtió: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).

Ejemplos de la Biblia

 

Personas que han hecho la voluntad de Dios

 

La Biblia nos presentan muchos ejemplos de personas que han hecho la voluntad de Dios, y que nos inspiran y nos desafían a seguir sus pasos.

Aquí mencionaremos solo algunos:

 

Abraham.

Fue llamado por Dios a salir de su tierra y de su parentela, y a ir a una tierra que Dios le mostraría.

Obedeció a Dios, y se convirtió en el padre de una gran nación, y en el padre de la fe (Génesis 12:1-4).

 

Moisés.

Fue elegido por Dios para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, y para conducirlo a la tierra prometida.

A pesar de sus temores y dificultades, obedeció a Dios, y realizó grandes prodigios en su nombre (Éxodo 3:10-12).

 

David.

Fue ungido por Dios como rey de Israel, y fue un hombre conforme al corazón de Dios.

Aunque cometió graves pecados, se arrepintió y buscó la voluntad de Dios, y fue un gran líder y salmista (1 Samuel 13:14).

 

Daniel.

Fue llevado cautivo a Babilonia, y fue puesto al servicio del rey.

Se mantuvo fiel a la voluntad de Dios, y no se contaminó con las costumbres paganas.

Fue un hombre de oración y de visión, y fue honrado por Dios (Daniel 1:8-9).

 

María.

Fue escogida por Dios para ser la madre del Salvador del mundo.

Aceptó la voluntad de Dios con humildad y gozo, y dio a luz a Jesús, el Hijo de Dios.

Fue una mujer de fe y de obediencia, y estuvo al pie de la cruz (Lucas 1:38).

 

Pablo.

Fue transformado por Dios de perseguidor de la iglesia a apóstol de las naciones.

Hizo la voluntad de Dios con pasión y sacrificio, y predicó el evangelio a judíos y gentiles.

Fue un hombre de gracia y de poder, y escribió gran parte del Nuevo Testamento (Hechos 9:15-16).

Ejemplos no bíblicos

 

Personas en la historia que han hecho la voluntad de Dios

 

La historia también nos presentan ejemplos de personas que han hecho la voluntad de Dios, y que nos inspiran y nos desafían a seguir sus pasos.

Aquí mencionaremos solo dos:

 

Martín Lutero.

Fue un ministro religioso que descubrió la verdad de la justificación por la fe, y que inició la Reforma Protestante.

Hizo la voluntad de Dios con valentía y convicción, y desafió las tradiciones y las autoridades religiosas.

Fue un hombre de palabra y de acción, y tradujo la Biblia al alemán (Romanos 1:17).

 

Billy Graham.

Fue un evangelista que predicó el evangelio a millones de personas en todo el mundo.

Hizo la voluntad de Dios con fidelidad y humildad, y fue un instrumento de salvación y de avivamiento.

Fue un hombre de amor y de esperanza, y fundó varias organizaciones cristianas (Marcos 16:15).

El hacer tu voluntad me ha agradado: conclusión

 

Hacer la voluntad de Dios es el propósito y el privilegio de todo cristiano.

Es una expresión de obediencia y amor a Dios, que nos trae beneficios y bendiciones, y que nos permite adorarle y testimoniar de él.

Para hacer la voluntad de Dios, debemos orar, estudiar, escuchar y obedecer, y seguir el ejemplo de Jesús y de otros siervos de Dios.

Así, podremos decir con el salmista: « El hacer tu voluntad me ha agradado”

¿Esperar la Voluntad de Dios es una AGONÍA?

Encuentra guía y claridad al buscar la Voluntad Divina

 

Descarga Aqui Gratis este Libro

El Libro está en tu correo

Verificado por MonsterInsights