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Todos los días, nos enfrentamos a decisiones importantes, y nos da miedo pensar que no estamos siguiendo la voluntad de Dios.

¿Qué carrera elegir? ¿Con quién casarnos? ¿Dónde vivir? ¿Qué iglesia asistir? ¿Qué ministerio servir?

Estas y otras preguntas nos llenan de temor.

¿Te has preguntado alguna vez si estás siguiendo la voluntad de Dios en tu vida?

Si eres cristiano, es posible que te resulte agotador tratar de entender lo que Dios quiere para ti a cada momento.

Quizás pienses que hay una sola opción correcta para cada decisión, y que, si te equivocas, estarás fuera de la voluntad de Dios.

Pero ¿y si te dijera que estás siguiendo la voluntad de Dios más de lo que piensas?

En este artículo, quiero mostrarte que la voluntad de Dios no es un misterio que debes descifrar, sino un camino que debes seguir.

Quiero ayudarte a superar el miedo y la incertidumbre que te paralizan, y a confiar en el plan soberano y bueno de Dios para tu vida.

Quiero que sepas que estás siguiendo la voluntad de Dios cuando actúas con fe y obediencia, y cuando buscas Su sabiduría y dirección a través de la oración.

La voluntad de Dios no es un misterio

Muchos creen que Dios tiene un plan específico para su vida que deben descubrir.

Sin embargo, aunque Dios tiene un plan específico en el sentido de que ha determinado lo que sucederá, Él no nos revelará cada paso del camino con detalles de lo que hemos de hacer.

No necesitamos una bola mágica para consultar cada vez que tengamos que tomar una decisión.

Dios nos dio cerebros y nos muestra Su camino de obediencia.

Piensa en personas que siguieron la voluntad de Dios.

La Voluntad de Dios

¿Acaso Abraham sabía a dónde iba cuando salió de su tierra?

 

La Voluntad de Dios

¿Moisés sabría cómo liberaría al pueblo de Israel cuando fue llamado por Dios?

 

 

La Voluntad de Dios

¿O David sabría cómo sería rey cuando fue ungido por Samuel?

La Voluntad de Dios

¿Piensas que Pablo sabría cómo sería su ministerio cuando se convirtió al Señor?

 

 

La respuesta es no.

Todos tuvieron que confiar en Dios y obedecerle sin saber el resultado final.

 

Lo mismo con nosotros

No tenemos que saber todo lo que Dios hará en nuestra vida.

Solo tenemos que saber lo que Él nos ha revelado en Su Palabra.

Allí encontramos los principios y mandamientos que debemos seguir para agradarle y honrarle.

También encontramos las promesas y las bendiciones que nos animan y fortalecen.

Y por supuesto encontramos la sabiduría y el discernimiento que necesitamos para tomar decisiones prudentes y piadosas.

No te dejes engañar por las falsas enseñanzas que te dicen que puedes conocer la voluntad secreta de Dios a través de señales, sueños, visiones o profecías.

Estas cosas pueden ser engañosas y manipuladoras.

La única forma segura de conocer la voluntad de Dios es a través de Su Palabra escrita e inspirada.

Allí está todo lo que necesitamos para vivir una vida cristiana fiel y fructífera.

 

La verdadera voluntad de Dios

Nuestra esperanza no está en descubrir la voluntad secreta de Dios, sino en tomar acciones que reflejen que de verdad estamos dispuestos a confiar en Él en lo que ya conocemos.

En lugar de buscar señales y coincidencias para tomar decisiones, debemos actuar con fe y confianza en Dios.

Piensa en algunos ejemplos actuales de personas que han seguido la voluntad de Dios.

¿Podría “Juan” saber que iba a ser misionero cuando estudió ingeniería?

¿Y sabría “Ana” que iba a ser madre soltera cuando se casó con su esposo?

¿Es que “Pedro” sabía que iba a ser pastor cuando trabajaba en una empresa?

¿O “Laura” sabría que iba a ser escritora cuando se graduó de medicina?

Aunque son nombres ficticios, sus historias se repiten en todas las latitudes.

La respuesta a esas preguntas es no.

Todos ellos tuvieron que confiar en Dios y obedecerle a pesar de las circunstancias.

 

Lo mismo ocurre con nosotros

No tenemos que saber todo lo que Dios hará en nuestra vida.

Solo tenemos que saber lo que Él nos ha llamado a hacer.

Él nos ha llamado a amarle con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza.

Y nos ha llamado a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Dios nos ha llamado a hacer discípulos de todas las naciones.

Y también nos ha llamado a vivir una vida santa y conforme al evangelio.

Estas son las cosas que conforman la verdadera voluntad de Dios para nosotros.

Y son las cosas que nos dan propósito y significado.

Más importante aún, son las cosas que nos llenan de gozo y paz.

Y son las cosas que nos hacen crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

La oración y la voluntad de Dios

Pedir dirección a Dios es algo natural.

Pero nuestra condición caída a veces nos lleva a querer que Dios sea demasiado específico.

No le pidas que te diga exactamente qué decisión tomar.

Busca sabiduría y discernimiento a través de la oración.

Piensa en personas que conoces, y que oraron por la voluntad de Dios.

¿Reconoces a es joven que pidió por una pareja, sin saber si encontraría a la que hoy es esposa?

¿Puedes identificar a esa niña que oró por su salud, sin saber siquiera si sanaría de su enfermedad?

¿Te suena familiar el caso de ese padre de familia que pidió a Dios una nueva oportunidad, y en el camino apareció un nuevo trabajo?

¿Y esa mujer incapaz de tener hijos que clamó a Dios misericordia, aunque no sabía que finalmente sería madre?

Cada uno de ellos confió en Dios y esperó su respuesta, pero más su presencia en sus vidas.

 

Es así con nosotros

No tenemos que saber todo lo que Dios hará en nuestra vida, aunque sí debemos orar y pedirle su presencia.

Solo tenemos que saber lo que Él nos prometió en Su Palabra, y es que Él nos escucha cuando le pedimos conforme a Su voluntad en oración.

Nos prometió sabiduría cuando se la pedimos con fe en oración.

Dios nos ha prometido que todas las cosas obran para bien de los que le aman.

Y también nos prometió que nunca nos dejará ni nos desamparará.

Estas son las cosas que debemos recordar cuando oramos por la voluntad de Dios.

Y son las cosas que nos ayudan a superar el miedo y la duda.

Son las cosas que nos hacen descansar en Su amor y fidelidad.

Y nos hacen alabar Su nombre y glorificar Su obra.

CONCLUSIÓN

No te preocupes si no tienes todas las respuestas.

No necesitas saber exactamente qué camino tomar en cada decisión.

Lo importante es confiar en Dios y seguir Su camino.

Recuerda, estás siguiendo la voluntad de Dios más de lo que piensas.

Pero no te conformes con solo pensar que estás siguiendo la voluntad de Dios.

Busca crecer en tu relación con Él cada día.

Estudia Su Palabra, ora sin cesar, sirve a Su iglesia, comparte Su evangelio, ama a Su pueblo.

Estas son las cosas que te harán más conforme a la imagen de Cristo, que es el propósito supremo de Dios para tu vida.

No dejes que el miedo te paralice.

Ni que la duda te desanime.

No permitas que el pecado te aleje.

En su lugar, deja que el amor de Dios te motive.

Y deja que la gracia de Dios te transforme.

Permite que la voluntad de Dios te guíe.

¿Estás listo para superar el miedo y seguir la voluntad de Dios?

Te invito a que tomes un momento para reflexionar sobre tu vida y tus decisiones.

Pídele a Dios que te muestre Su voluntad y que te dé la fe para obedecerla.

Y recuerda, no estás solo en este camino.

Tienes al Espíritu Santo que te ayuda, a la Palabra de Dios que te instruye, y a la iglesia de Dios que te acompaña.

Que el Señor te bendiga y te guarde, y haga resplandecer Su rostro sobre ti.

Y te conceda Su paz y Su favor, y cumpla Su buena voluntad en ti.

Amén.

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