La Voluntad De Dios Es Que Todos Procedan Al Arrepentimiento
¿Te has preguntado por qué hay tanta maldad y sufrimiento en el mundo?
¿Por qué tantas personas rechazan a Dios y se alejan de él?
¿Por qué tantos están condenados al castigo eterno si Dios es un Dios de amor y justicia?
¿No es que Él tiene el poder y la autoridad para hacer lo que desea, y Él puede salvar a sus criaturas?
¿Por qué no las salva, si tiene todo el poder para hacerlo?
Entonces ¿Qué quiere y qué puede hacer Dios realmente?
La Biblia contiene aparentes contradicciones y una de ellas es ésta:
2 Pedro 3.9 presenta una afirmación categórica: Dios espera que TODOS se arrepientan, y NINGUNO perezca.
Y Mateo 7.13-14 presenta una advertencia categórica: muchos, los que van por la puerta ancha, perecerán irremediablemente.
¿Cómo podemos reconciliar esta aparente paradoja?
En este artículo buscaremos entender la voluntad divina revelada en estas Escrituras.
La Voluntad De Dios Es Que Todos Procedan Al Arrepentimiento: Soberanía Y Misterio
En primer lugar, la voluntad de Dios es soberana y misteriosa.
La voluntad de Dios es que todos procedan al arrepentimiento de sus pecados.
Es decir, que reconozcan que han pecado y se han desviado de su propósito.
Y que, en consecuencia, se vuelvan a él con fe y humildad, y que reciban su perdón y su gracia, por eso nos da tiempo.
Esto lo dice la Biblia en 2 Pedro 3.9:
“El Señor no tarda en cumplir su promesa, aunque algunos creen que es tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan”
Pero también respeta nuestra libertad y nuestra elección.
El texto de 2 Pedro 3:9 es muy importante para nosotros en el día de hoy.
Porque nos muestra el corazón y el propósito de Dios para la humanidad.
Él es el único que tiene el control y el conocimiento de todas las cosas, y que puede determinar el destino y el juicio de cada persona.
Él hace lo que quiere, pero también quiere lo que hacemos.
Solo él tiene misericordia infinita o endurece el corazón de quién él quiere, en tanto responda a su designio eterno.
Un ejemplo de esto es la historia de Faraón, a quien Dios endureció su corazón.
Faraón se negó a obedecer a Dios y fue castigado y destruido, mientras que Dios salvó a su pueblo de la esclavitud.
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La Voluntad De Dios Es Que Todos Procedan Al Arrepentimiento: Responsabilidad Humana
En segundo lugar, la voluntad de Dios es condicionada y respetada
Es decir, Dios hace lo que quiere, pero también respeta lo que queremos.
Dios es el único que tiene la libertad y la autoridad para hacer su voluntad, pero también nos da la libertad y la responsabilidad para hacer la nuestra.
No solo desea nuestro arrepentimiento (notar la acción de Dios: desea).
También espera nuestra elección y acción (notar la acción del hombre: elegir y arrepentirse).
Deuteronomio 30.19 menciona:
“Escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días”
Desea vida para el hombre, pero espera que el hombre la escoja.
Por eso lo respeta y lo deja decidir y actuar.
La Voluntad De Dios Es Que Todos Procedan Al Arrepentimiento: Conclusión
2 Pedro 3:9 afirma que la Voluntad de Dios es que todos procedan al arrepentimiento, y que vivan una vida plena y feliz en él.
Y Mateo 7.13-14 presenta el camino ancho y el camino angosto.
Y esa figura nos habla del respeto de Dios por nuestra libertad.
Nos deja elegir entre su voluntad y la nuestra.
No hay contradicción entre la voluntad de Dios y la responsabilidad humana, sino una armonía misteriosa y maravillosa.
Dios hace lo que quiere, pero también quiere lo que hacemos.
Conclusión: Una Vida Enraizada en la Voluntad Divina
En conclusión, la divina voluntad no solo es un misterio que intentamos descifrar, sino un regalo que transforma cada aspecto de nuestras vidas.
A medida que buscamos entender y seguir la voluntad de Dios, experimentamos paz, dirección, alegría, provisión y protección.
Al comprender que la divina voluntad es la mejor guía para nuestras vidas, podemos experimentar una vida plena y significativa en Cristo.
Que busquemos siempre la voluntad de Dios y permitamos que Él nos guíe en cada paso que damos.