La Voluntad de Dios y la Libertad Humana
La voluntad de Dios y la libertad humana son dos temas que han generado mucha reflexión y debate a lo largo de la historia cristiana.
¿Es compatible la voluntad de Dios y su soberanía, con la libertad humana?
La Biblia afirma que Dios hace siempre su voluntad y sabe de antemano lo que va a ocurrir porque es soberano.
Pero también la Biblia también afirma que el ser humano es libre de actuar en el mundo, y por lo tanto, responsable de sus acciones.
¿Cómo pueden ser ciertas las dos afirmaciones bíblicas?
Es decir, si Dios hace siempre su voluntad y sabe de antemano lo que va a ocurrir, ¿por qué permite que el hombre peque y tome malas decisiones?
¿No lo hace también responsable del pecado?
En este artículo, vamos a explorar algunas respuestas a estas preguntas, y a ver cómo podemos entender y vivir la voluntad de Dios y la libertad humana.
La Voluntad de Dios y la Libertad Humana: Soberanía Divina
Para entender esta dualidad, veamos las Escrituras, donde se nos revela que Dios es soberano desde el principio hasta el fin.
En Isaías 46:10, leemos: «Yo anuncio el fin desde el principio; anuncio el futuro desde mucho antes. Yo digo: Mis planes se realizarán; yo haré mi voluntad y realizaré todo lo que deseo».
Este versículo establece la base para comprender la omnisciencia divina.
Aquí el conocimiento anticipado de Dios se entrelaza con su soberanía, y su voluntad se cumple.
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La Voluntad de Dios y la Libertad Humana: Un Don Precioso
A pesar de la certeza divina, la Biblia también destaca la libertad humana.
En Génesis 2:16-17, Dios concede a Adán y Eva la libertad de elegir:
“Pueden comer cualquier fruto, menos el del árbol del bien y del mal. Si lo comes, ciertamente morirás.”
Y vemos que al final le agrega una advertencia.
Este regalo divino, sin embargo, se ve amenazado por la realidad del pecado.
La libertad, a menudo malinterpretada como licencia para pecar, se convierte en una carga pesada.
Eso ocurre cuando nuestras elecciones llevan consigo consecuencias dolorosas, como las que produce el pecado.
Cuando la Libertad Humana Choca con la Voluntad Divina
En el día a día de una comunidad cristiana, por ejemplo, esta tensión entre la voluntad de Dios y la libertad humana se manifiesta.
Imaginemos a Ana, una joven y fiel cristiana, obediente y sensible, enfrentándose a decisiones cruciales en la elección de su trabajo.
A pesar de orar por discernimiento, al necesitar trabajar está a punto de aceptar un trabajo para realizar diseños gráficos relacionados con la pornografía.
Ella piensa: “Yo no venderé pornografía. Solo seré una empleada”.
Aquí, la voluntad de Dios y la libertad humana pueden entrar en colisión a causa de una decisión moral: participar en la promoción del pecado.
La Voluntad de Dios y la Libertad Humana: Gracia Para el Pecado
Esta colisión plantea la pregunta:
¿Por qué Dios permite que el ser humano peque o tome malas decisiones?
Entonces aquí, la gracia de Dios resplandece.
En 2 Pedro 3:9, se revela no solo su gracia, sino también su paciencia:
«El Señor no tarda en cumplir su promesa, según algunos la entienden como tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan».
Aunque nuestras elecciones nos alejen de la voluntad divina, la paciencia de Dios espera con anhelo nuestro retorno.
Responsabilidad y Redención: Dos Caras de la Moneda
El permitir que el hombre sea responsable de sus acciones no exime a Dios de su soberanía; más bien, revela su profundo deseo de relación.
En Efesios 2:8-9, se nos recuerda que el perdón y la salvación son un regalo, no un logro humano:
«Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; y esto no de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».
La Voluntad de Dios y la Libertad Humana: Ejemplos Bíblicos
Ester
Fue elegida reina de Persia, y se enteró de que querían matar a su pueblo, los judíos.
Pero Dios la había puesto en ese lugar, y la usó para detener el plan del malo.
Al final, Ester se atrevió a jugarse la vida, y dijo que tal vez había llegado al reino para un momento como ese (Ester 4:14).
En la Biblia hay ejemplos de esta compatibilidad entre la voluntad de Dios y la libertad humana.
José
Sus hermanos lo vendieron como esclavo, y pasó penas y calamidades en Egipto.
Pero Dios estaba con él, y lo hizo rico y famoso, y lo usó para salvar a su familia y a su pueblo del hambre.
Al final, José se dio cuenta de que lo que sus hermanos habían hecho por mal, Dios lo había hecho por bien, para cumplir su plan (Génesis 37-50).
Más ejemplos bíblicos
Ester
Fue elegida reina de Persia, y se enteró de que querían matar a su pueblo, los judíos.
Pero Dios la había puesto en ese lugar, y la usó para detener el plan del malo.
Al final, Ester se atrevió a jugarse la vida, y dijo que tal vez había llegado al reino para un momento como ese (Ester 4:14).
Pablo
Se convirtió por Cristo en el camino a Damasco, y se hizo el apóstol de los gentiles.
Pero Dios ya lo había escogido desde que estaba en el vientre de su madre, y lo había llamado por su gracia, y lo había apartado para el evangelio.
Al final, Pablo se dio cuenta de que Dios hizo más de lo que él podía pedir o pensar, y así completó su ministerio (Gálatas 1:15-16; Efesios 3:20; 2 Timoteo 4:7).
Conclusión de la Voluntad de Dios y La Libertad Humana: Misterio Y Llamado
En conclusión, la voluntad de Dios y la libertad humana no son opuestas, sino complementarias en el diseño divino.
Como comunidad de fe, abrazamos el misterio de esta relación.
Confiando en que, incluso cuando nuestras elecciones nos desvían o están equivocadas, la gracia de Dios redentora nos llama a regresar a su voluntad.
En nuestras vidas cotidianas, recordamos que la libertad es un regalo sagrado.
Y la responsabilidad, una oportunidad para demostrar gratitud por la gracia divina que nos sostiene por medio de la voluntad de Dios.